Durante los años anteriores a 2011, las personas podían solicitar tarjetas de crédito en función de sus ingresos familiares combinados. En otras palabras, aunque una persona fuera padre o madre de familia -sin ingresos formales- podía solicitar un crédito basado en los ingresos de su cónyuge o pareja de hecho. El único requisito era que ambas personas residieran en el mismo domicilio. Algunos aspectos de la Ley de Responsabilidad y Divulgación de las Tarjetas de Crédito de 2009 se interpretaron en el sentido de que los solicitantes individuales debían tener su propia fuente estable de ingresos para que se les aprobara una tarjeta de crédito.
Surgió un hedor
Una consecuencia involuntaria de esta interpretación errónea fue la implicación de que a los padres que se quedan en casa se les prohibía de repente solicitar créditos por su cuenta. Naturalmente, esto provocó un gran revuelo en la blogosfera, donde empezaron a circular acusaciones de desigualdad sistémica. Mientras tanto, la realidad era que los padres que se quedaban en casa podían seguir obteniendo tarjetas de crédito, aunque el proceso no era tan sencillo como antes.
La aparición de este problema puso de manifiesto otras falacias sobre el matrimonio, el crédito y las deudas. He aquí cuatro de los mitos más persistentes sobre las tarjetas de crédito, y sus realidades.
1. Nunca podrás obtener una tarjeta de crédito
Puede obtener una tarjeta de crédito como padre o madre que se queda en casa si usted y su cónyuge la solicitan conjuntamente, o si le nombran usuario autorizado en una cuenta existente. Sin embargo, sigue siendo difícil, aunque no imposible, que un padre o madre que se queda en casa pueda obtener una tarjeta como solicitante individual.
La resolución de la Reserva Federal no especifica qué ingresos debe tener una persona para obtener una tarjeta de crédito. Pero sí dice que la empresa que emite la tarjeta debe evaluar la capacidad de pago del solicitante. Esto significa que si usted gana un poco de dinero a través de un trabajo de consultoría independiente o un pequeño negocio en casa, esto podría ser suficiente para que usted pueda obtener una tarjeta de crédito.
2. No podrá acumular crédito
Aunque una tarjeta de crédito puede ayudarle a acumular crédito, también lo harán otros tipos de préstamos. En esencia, tener una tarjeta de crédito no es crucial para acumular crédito si eres padre o madre que se queda en casa. Si pagas puntualmente tus préstamos estudiantiles, el préstamo del coche o la hipoteca, esto te ayudará a aumentar tu puntuación crediticia. Esto supone que su nombre figura en el préstamo, ya sea como individuo o como cofirmante. También es posible crear un historial crediticio como titular de una cuenta conjunta o como usuario autorizado en las tarjetas de crédito de otra persona.
3. Las parejas comparten todas las deudas
No se comparten automáticamente las deudas que asumen los distintos miembros de la unidad familiar. El responsable de cualquier deuda de tarjeta de crédito es la persona que la suscribió. Esto significa que la empresa de la tarjeta de crédito sólo puede ir a por la persona que firmó el contrato de uso de la tarjeta.
No se acosará al cónyuge para que pague, a menos que se trate de una solicitud conjunta. De hecho, esto se aplica a cualquier tipo de deuda que haya contraído antes de casarse, incluidos los préstamos estudiantiles.
Sin embargo, hay una gran excepción.
Hay nueve Estados de bienes gananciales. Si vives en uno de ellos y tu cónyuge suscribe un préstamo o una tarjeta de crédito de la que ambos os beneficiáis, los dos compartiréis la obligación de devolverlo.
4. Las parejas tienen el mismo historial crediticio
Muchas personas asumen que sus historiales de crédito se fusionan instantáneamente cuando se casan. Esto no es cierto. Permanecen separados a menos que contraigan nuevas deudas juntos o creen cuentas conjuntas. En esos casos, sus informes individuales pueden mostrar parte de la misma información.
Por lo general, las acciones crediticias de su cónyuge sólo le afectarán a usted si es padre o madre que se queda en casa y depende de sus ingresos. Su hogar pagará tipos de interés más altos en tarjetas de crédito y préstamos si el historial crediticio de esa persona no está a la altura.
Su mejor informe crediticio sólo le ayudará si se inscriben juntos. En caso de que ambos puedan demostrar ingresos, el cónyuge con la mejor calificación crediticia podrá contratar las tarjetas de crédito y los préstamos para los dos, siempre que los ingresos de esa persona sean suficientes para cumplir los requisitos.
A la hora de pedir una hipoteca, es posible que tenga que utilizar los ingresos de ambos. Este es un caso en el que un cónyuge con mal crédito puede perjudicar sus posibilidades de aprobación.
La mejor estrategia financiera
La mejor estrategia financiera consiste en discutir y solucionar los problemas de crédito en una relación desde el principio. Puede parecer prematuro hacerlo si la relación aún no es seria, pero merece la pena estar preparado.
Ocultar a tu pareja tu mal historial crediticio es injusto. Por la misma razón, descubrir que has unido tu vida a alguien que no fue sincero en ese aspecto estropeará la relación.
Puede que en algún momento, mientras salís juntos, digáis: "quedémonos esta noche y miremos nuestros informes crediticios". Puedes obtenerlos gratuitamente en http://www.annualcreditreport.com.
El sitio ofrece informes de crédito de uno en uno o simultáneamente. Muchas personas optan por obtenerlos individualmente en intervalos cuatrimestrales, ya que así disponen de una forma gratuita de controlar sus informes crediticios trimestralmente.